domingo, 15 de noviembre de 2015

ESTA NO ES NUESTRA GUERRA, PERO SÍ ES NUESTRO MUNDO

-->
 El pasado viernes 13 de noviembre fue la gran matanza aquí en Paris, aquí en occidente, debajo de esta casa en la que vivo desde hace más de dos años, en este barrio que tanto amo, y en esta ciudad que tanto simboliza en la historia de todos y todas, de aquellos que hemos nacido, crecido o vivido en este llamado occidente.

Quieren que creamos que éste es el inicio de una Tercera Guerra Mundial, y muchos, seguro, quieren ir a luchar esa batalla. Yo no. Yo no siento que la guerra sea el foco primordial ahora, el foco ahora es la creación: cómo vamos a crear esta nueva era, este nuevo mundo que nos está chillando ya por salir desde el vientre de esa madre que ahora somos todos.

Ya no hay marcha atrás, ya no hay más preparación, somos lo que tenemos hoy y lo que nos falta lo encontraremos en el camino; pero esto ya ha empezado, la nueva era ya está en marcha, ya tiene el terreno preparado, y ahora tan solo tenemos, nosotros, los humanos de este nuevo mundo, que empezar a trabajar en la dirección correcta.

Me siento perdida como los protagonistas del libro que ha caído en mis manos en las últimas semanas “La respuesta del ángel”; que, por supuesto, como buen libro, no llega nunca por casualidad a las manos de uno, porque la casualidad, ya sabemos, no existe.
Ese libro se abre estos días hacia la mitad de sus páginas, cuando los ángeles proclaman que ya no hay tiempo que perder, que Lili, Gitta, József y Hanna tienen que actuar ya. Y ellos ni siquiera saben por dónde empezar, y los ángeles les dicen que no tienen nada de qué preocuparse, que si tienen fe y claro su objetivo, el orden del universo (ése al que muchos llaman Dios) estará con ellos para ayudarles a preparar el resto de los detalles.

Me siento como ellos con la misma sensación, medio perdida y al mismo tiempo sabiendo que mi postura es firme, y que mi grano para el cambio esta aquí preparado, en mis manos; porque yo, como el resto de nosotros, formamos parte de este mundo, SOMOS este mundo, y cuando uno ES, puede ser lo que uno quiera, y puede moldear y cambiar su ser tal y como se lo proponga.

Parece que el estado islamista está marcando sus pautas de guerra, sus ganas de confrontamiento, de que todo esto explote, de que todo esto vaya a más, que el odio crezca, que el dolor se imponga, y sobre todo, que el miedo corra por todas partes. Dos no se pelean si uno no quiere.

Hace 70 años los protagonistas de mi libro vivían en esa sociedad donde los nazis, recorriendo Europa, perseguían y exterminaban a los judíos a su paso, creando pánico, y a una sociedad atemorizada a su alrededor.
El pánico no es nuestro aliado ahora, ya que ésta no es nuestra guerra, pues no queremos lucharla, pero éste sí que es nuestro mundo, y sí queremos que éste sea mejor.

Nunca podremos cambiar que haya locos por el mundo. Ni locos, ni listos, ni tontos, ni feos, ni guapos, ni blancos, morados, o rojos o azules, o simpáticos, o fanáticos o escépticos. No podremos cambiar el carácter de las personas, pero sí podemos cambiar el mundo en el que esas personas viven, para que vivan mejor. Sí podemos crear un mundo más equitativo y donde el hambre no reine en la mayoría de los pueblos, y así el odio no crezca tampoco. Somos diferentes, pero todos somos humanos, todos necesitamos tener un hogar, comer y sentirnos en seguridad. Todos. Y seguramente somos nosotros, los que tenemos esas necesidades cubiertas por el momento, quienes debemos, porque podemos, por lo menos todavía, tomar el tiempo para reflexionar, el tiempo para ver cuál es el grano que nosotros vamos a plantar en este nuevo mundo para que florezca y dé frutos, y así el mundo crezca de un modo diferente.

Esa es nuestra labor ahora y la acción a emprender, y no la de tener miedo.
El miedo está con la muerte, y ya forma parte de nuestro pasado, así que imposible mirar atrás, porque si lo hacemos tan solo encontraremos el horror de todos los errores que venimos cometiendo.
¿Hacia dónde queremos ir? ¿Qué tipo de futuro queremos tener delante de nuestros ojos? ¿Nos atrevemos a soñar mejor? Atención no más o más alto, sino mejor.
Si no soñamos mejor tan solo veremos muertos en nuestras calles en el futuro, como ahora, muertos sin culpa, muertos que se preguntan por qué.
Pero el por qué ahora ya no es importante, ya que hace referencia al pasado. Lo importante es el cómo, cómo vamos a cambiar todo esto.

No tengo ni idea de la logística que ese cómo conlleva, pero sí sé que la respuesta a ese cómo es: con AMOR.
Tan solo con amor se puede construir este nuevo mundo que tanto necesitamos.
Con odio tan solo se crea la antítesis, la muerte.
Así que preguntemos a nuestro corazón cuando dudemos en este nuevo camino, qué haría nuestro corazón, él siempre nos dará la respuesta acertada.

No más muerte. Basta ya de guerras.
Pensemos más allá.
Cada uno, individualmente, y luego con la fuerza de la mente colectiva; pensemos, y cultivemos ya los granos de nuestra nueva creación.



Paris, domingo 15 de Noviembre 2015

No hay comentarios: